En 2017, Andy Murray y Stan Wawrinka eran dos de los principales protagonistas del circuito. El escocés era por fin el número uno del mundo y sus sensaciones en la arcilla eran mejores cada año. El suizo, por su parte, acumulaba tres años consecutivos siendo campeón de Grand Slam y su presencia en las instancias finales de los torneos en clay era prácticamente incuestionable. Andy era el primer sembrado, y Stan el número 3, y se enfrentaron en semifinales del segundo Grand Slam de aquella temporada. Este domingo volverán a verse las caras en la Philippe Chatrier.
En aquella semifinal, lo dejaron absolutamente todo en la cancha. Y decimos todo, porque el encuentro acabó con la cadera de Murray y la rodilla izquierda de Wawrinka. Fueron cuatro horas y media de dura batalla, donde el helvético resultó vencedor tras un 6-7 6-3 5-7 7-6 y 6-1. En la final, ‘Stanimal’ se inclinó en tres sets ante Rafael Nadal, que conseguía su décima corona en París.
En retrospectiva, Murray recuerda que “ese partido que jugué contra Stan fue brutal. Sabía que algo pasaba antes del partido con Nishikori. No sabía que estaba tan mal, pero al final del duelo con Wawrinka, en el quinto set estaba luchando para colocar mi servicio y moverme para pegar mi derecha, y nunca me sentí igual luego de ese partido”.
Wimbledon 2017 fue la última parada de ambos jugadores en el circuito esa temporada: Wawrinka cayó ante Daniil Medvedev en la primera ronda, mientras que Murray se despidió en cuartos contra Sam Querrey, en un duelo donde sus molestias en la cadera se hacían cada vez más evidentes. Luego de jugar en la Catedral, Wawrinka pasó por el quirófano tras la lesión, mientras que Murray fue cauto, y a pesar de que viajó a Australia para arrancar la temporada 2018, optó por operarse la cadera allá mismo. Ninguno de los dos volvería a ser el mismo.
Un reencuentro con los dos fuera de forma
En ese año 2018, a Wawrinka le costó muchísimo recuperar las sensaciones que tenía previo a aquel Roland Garros donde cayó en la final contra Nadal. Previo al Abierto de Francia, apenas había ganado cuatro partidos en el año y no disputó ni Indian Wells ni Miami. En París quedó eliminado en primera ronda, y perdió 1190 puntos que le provocaron una caída espectacular: Del puesto 30 al 261. Mientras tanto, Murray regresó al ruedo en Queen’s Club, perdiendo con Nick Kyrgios. A la semana siguiente, en Eastbourne, los triple campeones de Grand Slam debieron verse las caras en la primera ronda.
Murray era el 156 del mundo, mientras que Wawrinka el 225, y el británico apabulló por 6-1 y 6-3 al helvético. Ninguno de los dos tenía las mejores sensaciones en la cancha. Andy optó por no jugar Wimbledon, pero Stan sí, y un revitalizador triunfo en sets corridos sobre Grigor Dimitrov en la primera ronda sirvió para que pudiera reencontrarse en parte con su mejor tenis. En aquella temporada, acabó siendo el 66 del mundo. En Washington, Murray jugó un memorable partido frente a Marius Copil que acabó a las tres de la madrugada, y donde tras la victoria acabó con un llanto desconsolado. En su documental ‘Resurfacing’, se grabó en el hotel entre lágrimas antes de irse a dormir, presagiando lo que pudo ser un triste final: “Siento que este es el fin para mí. Quiero seguir jugando, pero mi cuerpo me dice que no”.
El Australian Open 2019 aún no se jugaba, pero arrancaba con una triste noticia. En conferencia de prensa, Andy Murray anunciaba su retiro. Su cadera no daba más, y prometía que iba a hacer un último intento con una cirugía de reemplazo de cadera para al menos, tener una mejor calidad de vida post tenis. En tanto Wawrinka progresaba, y pese a que cayó en la segunda ronda de Melbourne en un partidazo ante Milos Raonic, la final que hizo en Rotterdam confirmaba su mejoría.
Una final entre dos guerreros
En Roland Garros 2019, Wawrinka dijo “estoy de vuelta”. Le propinó una paliza memorable a Cristian Garin, y en el mejor partido de la temporada, venció a Stefanos Tsitsipas tras infartantes cinco horas de partido en la cuarta ronda, para finalmente despedirse en Cuartos ante Roger Federer. Unos nuevos Cuartos de Final en el US Open lo traían de regreso al Top 20.
Desafiando todo pronóstico, Andy Murray hizo su regreso al circuito disputando el cuadro de dobles de Queen’s Club, coronándose campeón junto a Feliciano López, quien también ganó el título en Singles. En individuales volvió en Cincinnati, y fue progresando en el circuito hasta llegar al ATP 250 de Amberes.
En Bélgica, y contra todo pronóstico, Murray alcanzó la final. Wawrinka tuvo dos duros encuentros ante los veteranos Gilles Simon y Feliciano López, y batió al sorprendente Jannik Sinner para darse cita con el oriundo de Dunblane, en lo que sería el vigésimo duelo entre ambos. Pese a ceder el primer set, fue Sir Andy quien acabó coronándose campeón venciendo por 3-6 6-4 y 6-4, cerrando así una temporada que lo tuvo de estar al borde del retiro, a tener una cadera metálica que le salvó la carrera. “Significa muchísimo, en los últimos años han sido extremadamente difíciles. Stan y yo hemos tenido muchos problemas de lesiones en el último tiempo. Es genial estar de vuelta jugando contra él en una final como esta“.
Curiosamente, un día antes del sorteo en Roland Garros, ambos compartían un distendido entrenamiento en la Philippe Chatrier. Ahora se encontrarán en la misma cancha cuyo partido significó un antes y un después en las carreras de dos de los mejores jugadores de la década pasada.