Hace cinco años, Robin Haase sufrió un duro momento en lo personal, que marcó su vida y su carrera deportiva. En una columna para Behind The Racquet, el holandés ahondó en sus recuerdos y emociones tras el asesinato de un amigo a manos de su entrenador, Mark de Jong.
En la columna, Haase narra lo difícil que fue sobrellevar la situación: "He sido afortunado con casi todo en mi vida. Pero hay cosas que te hacen pensar de manera diferente. Un antiguo entrenador fue encarcelado por el asesinato de un amigo mío en 2016. Él sigue en prisión. Manejar esa situación fue como estar en una película mala y extraña. Era muy complicado lidiar con la prensa, porque no tenía nada que ver con lo sucedido, pero cada artículo usaba mi nombre en los titulares. Tenía mis emociones, pero de repente me encontraba en el medio de la historia", relató.
"Esto duró hasta más o menos dos años después del asesinato. La prensa usaba mi nombre para vender más, me contaron. Durante ese tiempo, no salí de mi casa por dos semanas, y una vez que salí a almorzar, la gente me reconoció, así que caminé mirando hacia abajo. Por poco me daba vergüenza el estar ahí, porque no sabía si me conocían como tenista o por el asesinato. ¿Qué es lo que pensaban de mí? - Este fue un duro momento en mi vida", continuó.
El oriundo de La Haya, además explicó cómo la situación afectó a su juego: "Siempre disfruté el tenis, pero en ese momento, no quería entrar a la cancha. Volví a jugar en Monte Carlo, y no me pude concentrar y perdí. Luego, me senté en los camarines y lloré como un niño. Había contenido mis emociones por semanas, y consideré dejar el circuito por dos meses para lidiar con todo lo sucedido. Me tomó mucho tiempo el poder jugar tenis sin pensar en lo que pasó. En el Roland Garros de ese año, la prensa fue muy respetuosa y no me preguntaron sobre el asesinato. El estrés que cargaba sobre mis hombros desapareció y volví a concentrarme en mi juego".
Foto: ABN AMRO World Tennis Tournament