Luego de Wimbledon, uno de los cambios más radicales del circuito ATP estará a prueba. La asociación permitirá que los entrenadores puedan dar instrucciones a sus jugadores durante partidos de Qualy y Main Draw, desde sus asientos designados.
Gestos como, por ejemplo, el que realizó Patrick Mouratoglou a Serena Williams en la polémica final femenina del US Open 2018, serán válidos en el tour masculino, incluyendo también el último Grand Slam de la temporada. Coaches como Apostolos Tsitsipas, cuyo hijo, Stefanos, se ha visto penalizado en numerosas ocasiones, podrán entregar indicaciones sin recibir warnings.
No obstante, los entrenadores no tendrán permitido incurrir en diálogos con sus jugadores o ingresar a la cancha, a la usanza de la WTA.
El coaching fuera de cancha estará permitido bajo las siguientes condiciones:
Los entrenadores deberán sentarse en los asientos designados por el torneo.
El coaching, tanto verbal como no verbal, está permitido solamente si no interrumpe el juego o causa molestias al oponente.
El coaching verbal solo estará permitido si tanto el entrenador como el jugador se encuentran en el mismo lado de la cancha.
Coaching no verbal (gestos y señales con las manos) estará permitido en cualquier momento.
El coaching verbal consistirá de unas pocas palabras o frases breves. Las conversaciones no están permitidas.
Los entrenadores no podrán hablar con sus jugadores cuando éstos abandonen la cancha por cualquier motivo.
Penalizaciones y multas continuarán aplicándose en caso de abuso o mal uso de estas condiciones.
Este periodo de prueba se extenderá hasta el final de 2022, incluyendo las ATP Finals de Turín, y se someterá a un proceso de evaluación para que se permita en futuras temporadas.
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