Desde los cuartos de final de Wimbledon 2021 que no vemos a Roger Federer pisar una cancha de tenis. La leyenda suiza, de 40 años, debió pasar nuevamente por el quirófano debido a una lesión de meniscos de su rodilla derecha, la cual a su edad, lo deja con un largo camino de recuperación. En la Laver Cup de Boston, se le vio participar del evento en muletas.
Es por ello, que para disipar cualquier duda sobre algún posible regreso al circuito a inicios de la temporada, que el nacido en Basilea descartó toda posibilidad de jugar tanto el Australian Open como Roland Garros.
En conversación con Le Matin, el helvético adelanta que podría volver a pelotear en una cancha de tenis en al menos cuatro meses más: "Voy a ser capaz de trotar un poco en enero, y retomar entrenamientos en cancha en marzo o abril. Hoy, estimo mi retorno a la competición en el verano (boreal) de 2022. Estaría extremadamente sorprendido si pudiera jugar Wimbledon", señaló.
Además, el veinte veces campeón de Grand Slam indicó su optimismo para poder volver a competir: "El primer chequeo con los médicos fue positivo. He empezado un largo periodo de rehabilitación, y voy a seguirlo con la mayor dedicación. Quiero esquiar con mis hijos y jugar al fútbol y tenis con mis amigos en el futuro. Y quería hacer este proceso con la mentalidad y el cuerpo de un atleta de élite".
Pese a la lesión que lo tiene acomplejado desde inicios de 2020, Federer aún cree que puede competir al más alto nivel: "Mi ambición es ver de lo que soy capaz por última vez. También desearía poder despedirme en mis propios términos y en una cancha de tenis. Es por eso que lo doy todo en mi rehabilitación. Pero hay que estar claros, mi vida no va a colapsar si no vuelvo a jugar otra final de Grand Slam, aunque sería el mayor sueño el conseguirlo. Y de hecho, aún creo en ello, creo en esa clase de milagros", finalizó.