Ariel Román - Séptimo Game en Londres
La campeona de Wimbledon, Barbora Krejcikova, tuvo a una referente al momento de comenzar su carrera como profesional. La checa se inspiró en su mentora, la fallecida Jana Novotna, para conseguir su segundo título de Grand Slam, en la misma cancha en la que su antigua entrenadora lograra el título en 1998.
Novotna, famosamente lloró en los hombros de la duquesa de Kent tras perder la final de 1993, cuando tenía una ventaja de 4-1 en el tercer set sobre Steffi Graf, quien se quedó con el título ganando los siguientes cinco games.
En 1997, volvió a la definición, y en esta ocasión, una jovencísima Martina Hingis de tan solo 16 años le arrebataba aquella esquiva corona. Un año más tarde, Novotna tendría su revancha: Vencería a Hingis en semifinales y a Nathalie Tauziat en la definición para finalmente consagrarse como campeona.
En 1999, pasado apenas un año de su primer y único título Major en singles, Novotna anunciaría su retiro, aunque seguiría conectada con Wimbledon, y con el AELTC, que desde aquella final perdida en 1993, era su segunda casa. Tanto como comentarista, como también como competidora en el torneo de leyendas, la checa era una asidua visitante a la Catedral, como miembro del club.
Tras residir por varios años en Florida, Novotna retornó en 2010 a su natal Brno, República Checa, donde formó a una joven tenista de aquella ciudad: Barbora Krejcikova. Ella tenía 18 años en 2014, no pasaba por un buen momento, y meditaba la idea de irse a la universidad en vez de continuar con su carrera. Fue ahí cuando ella, junto a su madre, tocaron la puerta de la casa de Novotna, con una carta expresando su deseo de mantenerse jugando. Novotna no solo la recibió, sino que también acordó aconsejarla, entrenar juntas, y acompañarla en algunos torneos.
A pesar de que lentamente, su carrera en singles tomaba vuelo, era en dobles donde brillaba: Al igual que Novotna, Krejcikova ganaría posteriormente los cuatro torneos de Grand Slam. No obstante, la repentina muerte de Jana Novotna a los 49 años a fines de 2017, a causa de cancer uterino, fue un duro golpe para la joven checa.
Ya como una doblista establecida tras la partida de su mentora, poco a poco se fue haciendo camino en individuales. Y en apenas su quinta aparición a nivel de Grand Slam en singles, ganó Roland Garros en 2021, y llegó a ser la número dos del mundo a principios de 2022.
Su carrera en singles fluctuaba, y con un ranking de 32 del mundo, llegaba a Wimbledon sin ser una gran candidata a pesar de su experiencia en instancias definitorias. En su victoria en semifinales, tras dar vuelta su duelo ante Elena Rybakina, Krejcikova recordó entre lágrimas a su entrenadora, mentora, y amiga: "La extraño mucho. Tengo muchos recuerdos de ella, y cada vez que entro a esta cancha, lucho cada pelota, y seguramente es eso lo que ella querría que hiciera".
Luego de su victoria en la final, la checa también tuvo unas palabras para Novotna: "Ir a ver a Jana a su casa y entregarle una carta, cambió mi vida. Cuando terminé juniors, no sabía si jugar profesional o seguir estudiando. Ella vio mi potencial y me hizo convertirme en profesional. Antes de que falleciera, me dijo que fuera y ganara un Grand Slam. Nunca imaginé ganar el mismo título que ella consiguió en 1998". Tal es el cariño que Krejcikova aún le tiene a su mentora, que rompió en llanto cuando la directora del AELTC, le señaló en la lista de campeonas, que ahora incluía su nombre, el de Jana Novotna.
Fotos: Getty Images
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