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Lama y la serie frente a Colombia en Iquique: “Esa semana la pasé muy mal”



Gonzalo Lama pasa sus últimos días de cuarentena en casa, con la alegría de que podrá volver a entrenar a partir desde el lunes próximo en el Estadio Nacional. Pasaron cuatro años desde que fue puntal del equipo chileno de Copa Davis frente a Colombia en Iquique, y el “León” conversa con Séptimo Game acerca de detalles desconocidos de aquel confrontamiento frente a los cafeteros. Antes de ello, revela cómo intentará reinsertarse en el circuito tras la para obligada por el COVID-19.


“El plan es irse lo antes posible a Europa. Ojalá a principios de agosto. Paso una semana más en Chile y me cuelgo”, cuenta entre risas sobre su preparación. “Vamos a ir a Madrid, y como no queremos estar en lugares tan aglomerados. Vamos a pegarnos un pique en auto a Alemania, son como 17 horas, e ir acercándonos de a poco. Vamos a partir en Barcelona y luego ir entrenando hasta Alemania”.


“Giraldo estaba muy, ultra, hiper cagado”

Ante el pésimo estado de la cancha, la serie corría un grave peligro. Acerca de esto, Lama recuerda que “Cuando llegamos el lunes ví que se veía complicada la cosa. Entrenamos el sábado en un club alterno, y yo estaba vuelto loco por jugar en la cancha que se iba a jugar. Fuimos a verla, porque insistí e insistí, y la toqué y dije ‘conchetumadre, cagamos’. Fueron pasando los días, se fue arreglando de a poco. El viernes no estaba para jugar, pero se notaba que le faltaba muy poco. A mí me hace ruido que la cancha no era Roland Garros, pero se podía jugar, pica mal, pero no es que te vas a romper. La cancha era como cualquier otra cancha de Copa Davis en Chile“.


Sobre la situación interna que se vivió en la previa, Lama revela que “para mí las semanas de Copa Davis son durísimas desde lo mental. Yo esa semana la pasé muy mal. Venía jugando muy bien, pero lo pasé muy mal. Tenía un estrés de locos y sabía que era una oportunidad grande para pasar al Repechaje del Grupo Mundial. Y cuando se sumó el tema de la cancha, quizás se llegaba a suspender la cuestión, me vino una tortícolis brutal. Era una tensión constante, y no fue fácil. Cuando ganamos, fue un alivio, me largué a llorar, más allá de la alegría de pasar al repechaje, era porque la semana se había terminado. Jarry no venía pasando por un muy buen momento, no estaba tan preocupado de la cancha, sino que de agarrar confianza. Cada uno estaba en la suya. Esa semana con Nico nos apoyamos mutuamente”.


Respecto el primer punto que jugó, frente a Alejandro González, recuerda que “Con Alejo me sentí jugando un huevo. Ese año venía bien, pero particularmente contra Alejo tuve todo el tiempo el control contra un jugador de gran nivel. Eso me dio mucha confianza, y el hecho de empatar la serie, me sentí un poco como el líder de esa serie. Yo era el que mejor estaba jugando, y como que todos confiaban que iba a dar mis dos puntos“.


Al ser consultado por si tuvo una presión de cerrar la serie luego del triunfo en el dobles, Lama se sinceró: “Quería tanto que ganaran el dobles para yo definir la serie. Era uno de los momentos más importantes de mi carrera, en donde yo solo pensaba en positivo. Además, veía a Giraldo que estaba muy, ultra, hiper cagado. Yo me lo cruzaba todo el tiempo cuando estaba calentando, yo corría para todos lados mientras se jugaba el dobles, y el otro hueón estaba sentado, miraba el teléfono, se quería ir. Quería que ganaran el dobles como sea, porque él sabía que se le venía un partido muy duro conmigo. Esa mezcla de cosas no me hicieron en ningún momento pensar en negativo”.


El entonces 160 del mundo para esa serie, revela la táctica para vencer al pereirano: “Giraldo es un jugador que tiene unos tiros plantados en el lugar, muy fuertes. Si el pega plantado, lo más probable es que te vaya a desequilibrar. Tiene dos latigazos, de derecha y de revés. Lo que quería era que no pegara plantado en ningún momento, y que cuando me tocara defender, tratar de salir lo más alto posible, porque sabía que él ahí me ganaba. Cuando tenía el mando del punto, trataba de abrir la cancha, le jugaba al espacio todo el tiempo, porque si le tiraba dos reveses seguidos, al segundo me tiraba el winner. El partido era muy claro para ambos, él tenía que tomar la iniciativa y yo tratar de moverlo lo más rápido posible. El primer set se dio parejo, no le quebré hasta el 4 iguales”.


Al momento de que Giraldo se retirara, Lama recuerda que “Yo no veía que se iba a retirar. El Chino (Ríos) me dijo que él lo pensó cuando se terminó el primer set, que sabía que podía pasar algo así. El retiro me agarró en el mejor momento del partido. Le quebró en el 3-2, 4-2, pero el partido no estaba completamente controlado. En el game del 4-2, le tiré tres winners completamente de locos. Yo ya estaba en la zona, con confianza, cero nervioso por la situación del partido y por el escenario. Cuando voy al cambio de lado 5-2 estaba en éxtasis total, y él me va a dar la mano, y no caché nada. Y (Juan Carlos) Sáez viene de atrás y me dice ‘¡ganamos, conchetumadre!’ (risas). Y ahí salimos corriendo por toda la cancha, no entendíamos nada. Lo que no me gustó fue que me quitó la posibilidad de ganar bien“.


“Él es un jugador que tenía un nivel que lo logró hacer final en uno de los ATP 500 más duros del año, semis de Masters 1000, partidazos con jugadores top, entonces como que de repente, se te plante un pendejo de igual a igual, que te tiene cero respeto y que te quiere comer la cabeza, con todo el estadio puteándote, gritándote cagón, debe de haber dicho ‘no estoy para esta hueá’. Todos sus compañeros le pusieron unos huevos brutales. Cabal y Farah la pusieron toda, Alejo González estaba dos sets a cero, 5-0 abajo y seguía corriendo a full. Debe de haber sido una lata para sus compañeros”, agrega.


Y en el camarín, ¿qué pasó? – “Yo estaba vuelto loco. Llegué corriendo al camarín, como que tuve un momento de lucidez y dije ‘ya, voy a elongar un rato porque se viene la celebración, y si no suelto, no me voy a poder mover en dos semanas’. Solté un poco, y habían unas cervezas. No había tomado una gota de alcohol como en dos años (risas). Llegué medio tocado a la conferencia de prensa, estaba tan feliz que lo único que quería era celebrar. Quería mucho disfrutar de ese momento”.


¿Jugar Hamburgo o la Copa Davis?


Gonzalo Lama tuvo la chance de entrar directo a un par de torneos ATP, incluyendo el 500 de Hamburgo, debido a que esa semana de Copa Davis también siguió el circuito. “En ese minuto no me costó nada decidir. Eran los primeros dos ATP a los que entraba directo, pero nos jugábamos la pasada al Repechaje del Grupo Mundial. Si lo pienso ahora, hubiera meditado un poco más la decisión. Me encantaba jugar por Chile, me encantaba que la gente disfrutara del espectáculo, que el equipo los representara y era algo que me llenaba mucho. Ni la pensé dos veces y me fui a la Davis. Sacrifiqué puntos, mucha plata, las chances de hacer dos buenos ATP y acercarme al 100. Me enorgullezco de dejar cosas de lado por jugar una serie que significaba mucho”, revela.

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