Mariano Zabaleta fue uno de los primeros jugadores de una larga camada de tenistas argentinos que comenzaron a destacar en el circuito en los años 2000. El oriundo de Tandil, ahora dedicado a la producción de eventos televisivos y como comentarista ocasional de ESPN, también fue pionero en la creación de un programa que mostraba la interna del circuito, protagonizado por sus propios jugadores: El mítico Tenis Pro. En conversación con Séptimo Game, 'Zabala' analiza cómo los cambios del tour han impedido que se reedite un show como aquel.
"Estoy dándome una vuelta por unos días, justo que tengo que ir para Monte Carlo y pasé por acá al torneo de tenis. Siempre me gusta venir, tengo un montón de amigos acá, vine a ver a ‘Pico’ Mónaco que está trabajando con varios pibes", indicó el trasandino, de paso por el Masters 1000 de Madrid.
¿Qué tiene el tenis argentino, que, sin ser potencia mundial, tiene muchísimos nombres en un cuadro de Masters 1000?
Siempre Argentina está en los primeros puestos en todos los deportes. En general, el argentino es un buen competidor y el tenis no queda ajeno a eso. Creo que tenemos una capacidad muy alta de entrenadores de tenis, que enseñan desde muy chicos a competir, a jugar, y con mucha experiencia. Quizás los entrenadores no viajan tanto, pero los chicos de 14-15 años ya saben qué es lo que tienen que hacer, y eso vale mucho en cualquier parte del mundo. Somos uno de los países que más y mejores formadores tiene, y eso va a hacer que sigan saliendo jugadores, porque la capacidad deportiva del argentino es muy buena.
Después de tantos años jugando y representando a tu país, diste el salto a la televisión. ¿Se puede ser imparcial al momento de comentar, en el caso de que juegue un argentino?
Pocas veces comenté partidos, pero cuando jugaba un argentino, era imposible, lo decía abiertamente. Obviamente hay periodistas capacitados, de primer nivel, que lo pueden manejar mejor. Es gente de mucha experiencia. A mí nunca me gustó ese trabajo, porque es largo, y hay que estar mucho tiempo mirando tenis. Sí he hecho programas de tenis, como en el US Open y Roland Garros, analizando partidos, hablando de lo que pasó en el día, que es algo que me gusta, pero siempre tirando para el lado del fanatismo de los argentinos, o de mis jugadores favoritos. Eso es algo que nunca voy a perder.
Tenis Pro fue uno de los primeros programas de TV que mostraban el tour desde adentro. Hoy, con las redes sociales, la tecnología de ahora, ¿Han pensado en volver a hacerlo?
Fue el primer programa que hice. Vengo de una familia de televisión, y eso siempre me gustó mucho. Me encanta la producción, tengo una productora y sigo trabajando en eso. Hago series, películas, y la verdad es que me fascina, es mi pasión. Me voy a dedicar a eso. En mi mejor momento tenístico, con 22-23 años, inventé un formato de televisión que no existía, que fue Tenis Pro. Si hubiera tenido a un genio de la tecnología al lado, hubiéramos inventado el Instagram, porque no existían las redes sociales, y Tenis Pro fue una red social del tenis. Hicimos por cuatro años el programa, y tuvo una muy buena repercusión. Después seguí vinculado a la televisión, y con la productora hago un montón de cosas de entretenimiento para Disney+, y es algo que me gusta y me apasiona.
¿No te pica ese bichito de reabrir Tenis Pro?
En ese momento éramos libres, grabábamos todo el tiempo. Los grababa a Federer, Nadal y nadie te preguntaba nada. Hoy prendes una cámara dentro de un torneo, sale un francotirador y caes ahí mismo. No puedes grabar a nadie, cada jugador tiene su propia empresa, sus marcas, los torneos no dejan grabar nada porque tienen sus propias grabaciones adentro. Es muy difícil que vuelva a suceder lo que ocurrió con Tenis Pro en su momento. A veces se ve a algún jugador que se está grabando…
Pero igual es extraño que alguien prenda la cámara…
Hoy si estás grabando, todos te miran con cara rara, diciendo ‘¿Qué estás grabando? Borra eso’. Entonces, fue un momento en el que, vuelvo a repetir, éramos todos libres. Nadie tenía el miedo de eso de que los estábamos grabando, para dónde grabábamos, o ‘no puedo, porque tengo un contrato de grabación’.
¿Estás de acuerdo con eso? ¿O prefieres que fuera como antes?
Yo creo que el tenis necesita un cambio urgente. Por eso, tienes algo como Tenis Pro, que funcionó muchísimo en Latinoamérica, imagínate si se hubiera hecho algo así a nivel mundial. Netflix hizo algo parecido con algunos jugadores, pero ojalá me dejen algún día incorporarlo o proponerlo. Lo haría de otra manera, mucho más abierto, y creo que los jugadores tendrían que empezar a promocionar el tenis de forma diferente, como algo más íntimo como pasó en ese momento, y por eso funcionó. Ojalá me dejen hacerlo, porque me encantaría.
¿Qué es lo que tiene que cambiar el tenis para que, gente que quizás no sea tan fanática, que venga a ver el deporte?
Me encantaría opinar esto con todos los que dirigen la parte del tenis y los jugadores. La promoción, y eso que creo que ya no existe más, que es que el fanático no se puede enterar de lo que pasó en el vestuario. Hay que abrirlo mucho más, porque la gente quiere estar más involucrada, ya que pagan mucho por verlo por televisión o por un streaming. En muchos deportes se cambió, haría mucho más show en los partidos, que la gente pueda hablar en la cancha, por más de que tengo gente en contra cuando digo esto, porque es una tradición de cien años. Lo haría mucho más divertido, y me encantaría meterme en esa promoción. Hay que cambiar esas cosas como para empezar a cambiar la base, ya para atraer a los niños, que cada vez miran menos deporte.
Jugaste con Ríos muchísimas veces. ¿Te queda alguna anécdota junto a él en esos partidos?
El Chino es un ídolo. Para mí fue el Messi del tenis. Disfrutaba mucho verlo jugar, le gané un par de veces, pero fue número uno del mundo, y siempre con el mayor de los respetos, porque a mí me encantaba como jugaba. No soy amigo ni fuimos amigos, pero lo aprecio y lo admiro mucho. Siempre que lo veo, me encanta hablar con él. Y haber tenido la posibilidad de ganarle, para mí es un privilegio. Me gustaba enfrentarlo, porque me motivaba mucho, era un jugador extremadamente bueno, y Chile tiene que estar orgulloso de ese pedazo de jugador que tuvieron.
Foto: Matías Alarcón / Séptimo Game
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