Hace casi 10 años atrás, un 6 de febrero de 2013 en el Club de Tenis Las Salinas de Viña del Mar. Aquel día fue el regreso oficial de Rafael Nadal a las canchas de manera competitiva, tras 222 días fuera del circuito debido a una complicada lesión en la rodilla izquierda que lo alejó de las pistas, luego de su sorpresiva eliminación en segunda ronda de Wimbledon 2012. El manacorí, número cinco en el ranking ATP de aquel momento, eligió la ciudad costera ubicada en la quinta región de Valparaíso para retornar a un torneo oficial y disputar el certamen 250 viñamarino.
Primeramente el español había anunciado su regreso para enero de aquel año. El objetivo apuntaba comenzar jugando en Melbourne, en el primer Grand Slam de la temporada, pero un malestar estomacal le impidió al ibérico concretar su esperado estreno en el Australian Open. Finalmente y por iniciativa propia, el histórico máximo ganador de Roland Garros decidió visitar por primera vez territorio chileno para arrancar con una temporada 2013 que terminaría siendo una de las más exitosas en su carrera.
En una entrevista con El Mercurio a fines de 2019, el español recordó lo que fue esa primera visita a Chile y las sensaciones que le dejó el haber disputado el ATP de Viña del Mar. "Tengo muy buenos recuerdos de aquella visita. Era el primer torneo después de una lesión que me impidió jugar el Open de Australia y sin duda que sentí la cercanía del público y de la gente en Chile", expresó el manacorí, dejando más que en claro la gran calidez y el trato que tuvo en todo momento desde su llegada al país, digno de un ídolo del deporte y de como si se tratase de un chileno más en su recibimiento.
Una bienvenida con honores para Nadal
A pesar de que su retorno oficial a las competencias fue el 6 de febrero, Nadal ya estaba en suelo nacional desde el día 1 de aquel mes. En su arribo, fue recibido por el Presidente de la República, Sebastián Piñera, quien además citó a los históricos Fernando González y Nicolás Massú para organizar una bienvenida con honores en el Palacio La Moneda, lugar desde el cual el ibérico dio pie inicial a sus diferentes actividades agendadas en el país.
Posteriormente, el zurdo de Manacor dejó la capital y se dirigió con destino a la quinta región, lugar donde lo esperaba un joven Cristian Garin, quien con 17 años ya iniciaba sus primeras armas en el circuito. Un primer entrenamiento en la ciudad jardín junto al ariqueño fue motivo de concentración de todas las miradas por parte de los medios y el público presente, quienes no perdían una sola oportunidad para ver en acción al español.
Luego de participar en varias actividades que contaban con su presencia, el ibérico tenía un solo objetivo en mente: regresar a lo grande sobre la arcilla viñamarina. Y no sería para menos, porque la gran expectación que generó la participación del manacorí en el torneo provocó que el certamen tuviera jornadas repletas desde las tribunas. Un lleno total que hacía recordar la presencia y el apoyo del público en los mejores momentos de las carreras de Ríos, Massú y González disputando el ATP chileno.
En declaraciones de Álvaro Fillol, director del torneo, el masivo apoyo por parte de los asistentes al certamen repercutió de gran manera a la organización. "Es algo histórico para nosotros, nunca habíamos tenido tanta demanda. Ojalá viniera Nadal todos los años, pero sabemos que no siempre será así", comentó Fillol, quien repasó el gran éxito que significó la edición de 2013 con la visita ilustre de Rafa en Chile, que tendría preparado una participación tanto en singles como en dobles, siendo su compañero el argentino Juan Mónaco.
Rafa cae en las dos finales que disputó, pero deja una gran huella en el certamen chileno
Hablando de su desempeño sobre la cancha del Club Las Salinas, tras recibir el Wild Card que le permitió ser el primer sembrado en el cuadro principal, el manacorí partió en búsqueda de la conquista del título sin tener que enfrentar la ronda de 32. Recién en los octavos de final tuvo su primer desafío al chocar contra el argentino Federico Delbonis, con quien comenzó abajo en el score por 0-2 tras un break inicial. Sin embargo, el español se sobrepuso rápidamente a aquel traspié en el arranque y sacó adelante la tarea del debut por parciales de 6-3 y 6-2.
En paralelo, junto a Juan Mónaco en el dobles, lograron despachar a la segunda pareja preclasificada del certamen en primera ronda. Los checos Frantisek Cermak y Lukas Dlouhy no pudieron contra la dupla Nadal-Mónaco y cayeron en el estreno por 6-3 y 6-2. Ya en los cuartos de final, pero de singles, el español volvería a conseguir una asistencia plena del recinto para amarrar su segundo triunfo en el torneo, esta vez enfrentando a su compatriota Daniel Gimeno-Traver y superándolo por 6-1 y 6-4.
Instalado en semifinales, el ibérico volvería nuevamente a la arcilla viñamarina para imponerse sin mayores complicaciones frente al francés Jeremy Chardy, tercer preclasificado, por un doble 6-2, consiguiendo el pase a la gran definición por el título del domingo. Mientras, en su camino de dobles, en la ronda de los ocho mejores se enfrentó a la pareja integrada por el francés Guillaume Rufin y el italiano Filippo Volandri, encuentro que finalizó con victoria para el español y el argentino por 6-2 y 7-6(4).
En semifinales de la misma categoría, Nadal y Mónaco consiguieron otro triunfo en el Club Las Salinas, derrotando a la dupla trasandina compuesta por Carlos Berlocq y Leonardo Mayer en parciales de 6-3 y 6-4, convirtiendo al manacorí en protagonista de las dos definiciones del ATP 250 de Viña del Mar. En la primera de ellas, Rafa saltaba a la cancha con un apoyo total por parte del público para encarar la final de singles contra otro argentino, Horacio Zeballos, quien luchó por dos horas y media para remontar el encuentro en un tiebreak lleno de drama en el segundo set, y terminar por aguarle los festejos a Nadal en un partido que se definió por 6-7 7-6 y 6-4 para el nacido en Buenos Aires, quien obtuvo su único título ATP en singles frente al español.
En la otra definición que le restaba en el certamen, el manacorí tampoco pudo gritar campeón junto a su compañero de dobles. El título del torneo se lo terminarían llevando los italianos Paolo Lorenzi y Potito Starace, quienes triunfaron en el duelo decisivo por 6-2 y 6-4, dejando a Nadal sin conquistar algún trofeo en la ciudad jardín. El ibérico recién pudo desahogar las celebraciones que contuvo en Chile tras consagrarse en el ATP 250 de Sao Paulo, una semana después de haber disputado el torneo en suelo nacional.
Aquella temporada 2013 de Nadal finalizaría con números increíbles. Tras un largo tiempo de recuperación de la lesión en la rodilla izquierda que lo ausentó por siete meses de las canchas, el manacorí resurgió desde su gira por Sudamérica y terminó conquistando los títulos de Roland Garros (el octavo) y el US Open, además de los Masters 1000 de Indian Wells, Madrid, Roma, Montreal y Cincinnati.
Pese a que el español no cerró aquella semana de febrero como campeón, sí logró dejar una huella que será recordada en el torneo chileno. Una que también quedó en la mente de todos quienes siguieron al zurdo de Manacor en sus respectivos partidos del certamen. Una visita ilustre que vio como cada día los asistentes que repletaban el recinto viñamarino celebraban cada uno de sus triunfos, y lo acompañaron en la amargura que significó la derrota en la definición.
Las fotos, autógrafos y palabras que tuvo Nadal para con el público chileno quedarán grabadas en la historia del torneo, siendo aquella instancia la primera del ibérico en suelo nacional. Ahora, casi una década después y a sus 36 años, Rafa tendrá una especial cita este 25 de noviembre en una exhibición frente a Alejandro Tabilo en Santiago, donde el español volverá a las pistas con la intención de entregarle a los asistentes un nuevo show de tenis, uno como solo esta histórica estrella del deporte lo puede dar.
Fotos:
Martín Bernetti / AFP
Ministerio Secretaría General de Gobierno / Flickr
Felipe Zanca / Photosport
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